martes, 12 de octubre de 2010

El robo

Había sido una tarde agradable. La teteria era un lugar realmente cómodo, perfecto para una cita como aquella: tenue luz de velas, velos semitransparentes, mullidos cojines estampados… Ofrecía la intimidad y la magia necesarias para hacer de la velada algo inolvidable. O, al menos, así debería ser.

La conversación había sido bastante interesante, jamás decayendo mientras chapoteaba de un tema a otro, muchas veces por asociaciones de lo más curiosas. A veces salpicaba risas y sonrisas; en otras cuestiones más serias, transmitía un aire circunspecto. Se alternaba con pequeños sorbos de un pakistaní a la canela y un Earl Grey con leche y unas galletas de jengibre y frutos secos. Aparentemente, perfecto.


Pero ya iba siendo hora de mostrar las últimas cartas, las jugadas más elaboradas y siniestras que se habían ido deslizando y tejiendo durante aquella tarde. La cuerda había sido estirada y recogida muchas veces, esperando que el pez picara por fin, y había llegado el momento de usar el cebo más apetecible. El que no arriesga, no gana; y yo tenía ganas de apostar.

-Me temo que no puedo quedarme más –dejé caer repentinamente mientras miraba mi reloj de pulsera con fingida aprehensión.

-¿Ya? ¿Tan pronto? –preguntó él, sorprendido… incluso decepcionado. Esa era una muy buena señal.

-Sí, lo siento… -comenté, apenado- Mañana tengo unos compromisos que atender y…

-¿No puedes quedarte un poco más? –pidió con ojos brillantes. Parecía que aquello iba a ser mucho más sencillo de lo esperado. Después de lo inaccesible que se mostraba, me sorprendió… pero no dejé entreverlo, por supuesto. En cambio, fingí pensármelo, como si valorara opciones.

-Está bien –repuse-, pero con una condición –e introduje una oportuna sonrisa. El alivio y la curiosidad eran patentes en su rostro. Casi sin que se diera cuenta, me había acercado a él un poco más.

-¿Qué condición? –preguntó finalmente, incapaz de soportar mi silencio por más tiempo. Pensé en ese momento que yo no era el único que estaba jugando, pero no me importó en absoluto; así era más divertido. Perfecto, así que me lancé.

-¿Puedo robarte un beso?

Lo solté a bocajarro; ese es mi estilo. Pero para cuando lo dije, ya estaba prácticamente pegado a él, demasiado cerca como para resultar del todo cómodo pero demasiado lejos para cumplir mi demanda: la distancia perfecta. Mi mano se deslizó hacia la suya, y le noté agitado, como yo mismo intentaba ocultar que estaba (probablemente no demasiado bien). Sus ojos estaban clavados en los míos y su boca semiabierta parecía no saber qué decir… o qué hacer. No me apartó de golpe, así que me atreví a seguir forzando la tuerca un poco más.

-Si no me marcho ahora, no seré capaz de controlarme más y acabaré por besarte –confesé. Puede parecer una táctica, y en parte lo era… pero en parte también era la pura verdad.

En estos momentos, mi aliento ya rozaba sus labios al tiempo que yo sentía su respiración cada vez más agitada, a pesar de seguir inmóvil. Me atreví a ir algo más allá al apretar con mi mano la suya y al alzar la otra para acariciar suavemente su rostro. Las velas titilaban a nuestro alrededor, expectantes como nosotros.

Un torrente de emociones me sobrevino cuando fue él quién me robó el beso a mí. Por fin, aquello iba llegando a algún sitio; por fin había dado él aquel paso. Me entregué como nunca a la pasión, al placer y al amor, después de tanto tiempo intentando acceder a ese corazón de hielo. Parecía que había conseguido abrirme paso definitivamente, pero a pesar de su importancia, no era algo en lo que en ese instante pudiera pensar precisamente...

Dedicado a los jugadores que tienen el valor de apostar sin miedo.

5 comentarios:

Zal dijo...

Madre mía…¡¡¡ casi se me caen los ojos de la sorpresa al ver que habías actualizado¡¡¡ y menuda entrada, si señor.
Me ha gustado mucho, parece sacado de alguna novela Romántica Contemporánea o Chic-Light, jejeje. Impresionante… dales algún principio accidentado y gracioso, sitúa esta escena a mitad de relato, termínalo con un juntos para siempre, añade algunas escenas subiditas de tono (peor con clase eso sí), otras divertidas y de enredo, hazlo todo en 150 páginas o más, y lánzate al mundo editorial… y como cebo pon esa escena en el prefacio¡¡¡
En fin, me alegra mucho que vuelvas a escribir (y publicar).
Besitos desde el Valle de las Migrañas.

El Loco dijo...

Jajajajjajaa! Me ves futuro en el mundo de la romántica??? jajajajajajaja! Todo esto es producto de una conjunción entre las lecturas que me inculcas y la situación emocional del momento jejeje, así que no se yo. Por cierto... siento escuchar que escribes desde Migraña Paradiso... ya podrías buscarte un resort diferente para el próximo viaje ok? :) Llamame si te apetece charrar o algo como escape del encierro...

Unknown dijo...

Oh my god... Dices que no te pongo nada, maldito si hace mas de un año que no actualizas, ¿Como quieres que me entere a estas alturas? xDD Yo habia dado este blog por perdido xDDD Por cierto muy bueno... y no se por qué me da que hay algo de autobiografía detrás... Te digo lo mismo que romi, puede que tus primeros pasos en el mundo editorial den sus frutos... pero un consejo... mete tentaculos... y piratas... todo es mejor con piratas xD

Saludos

Maet

El Loco dijo...

Algo de autobiográfico?? Tal vez la actitud del prota, jajajaja, yo también soy de jugar y soltarlo a bocajarro, pero por lo demás es pura ficción jejejeje. Creí que lo sabrías por suscripcion, igual que el de romi. Y sinceramente, dudo lo del mundo editorial jajaja y mucho mas, si hay tentaculos o piratas jajajajaaj! Sobretodo piratas, no me gustan jejje

Anónimo dijo...

me encantas como escribes me gustan tus relatos un beso